Cómo evitar citas “alucinadas” en escritos judiciales y proteger su caso con IA segura, verificación de fuentes y control humano profesional.
Cómo evitar citas “alucinadas” en escritos judiciales y proteger su caso con IA segura, verificación de fuentes y control humano profesional.
De una conversación con ChatGPT salió una inquietud que atraviesa el trabajo cotidiano de cualquier abogado, esté o no en tribunales: ¿cuál es un riesgo jurídico concreto del uso de la IA en la abogacía y qué medida de mitigación seria puedo aplicar sin volver esto un laberinto técnico? Mi respuesta práctica fue simple: el peligro es la velocidad con fe ciega. La herramienta produce texto impecable en segundos y, si yo no reviso, pueden pasar errores graves a contratos, dictámenes, correos a clientes o minutas de negociación. La solución, entonces, es una revisión humana final real, no simbólica.
Este artículo nace de aquel intercambio y busca algo deliberadamente llano: menos siglas, más criterio profesional. Comparto mi postura y un método sencillo para trabajar con IA en cualquier área del derecho privado o público, litigiosa o consultiva, sin depender del foro ni de regulaciones cambiantes. La idea no es “prohibir” la IA, sino ponerla a trabajar bajo nuestras reglas
La ética profesional es un pilar fundamental en el ejercicio de la abogacía. Recientemente, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal confirmó una sanción impuesta a un abogado por representar judicialmente a la exesposa de su cliente, con quien mantenía una relación sentimental. Esta conducta fue considerada una infracción a los deberes fundamentales del ejercicio profesional.