El Tracto Abreviado es una figura legal que permite acelerar la transferencia de un bien inmueble en casos de fallecimiento del titular registral. En este artículo explicamos cómo funciona y qué requisitos se necesitan para llevar a cabo esta operación.
El Tracto Abreviado se utiliza para la venta de bienes muebles o inmuebles registrables (como un auto o una casa) que pertenecían a una persona fallecida. En una transacción normal, el comprador y el vendedor (titular registral del bien) acuden a la escribanía para realizar todos los trámites necesarios y, una vez completados, el escribano registra la transferencia de propiedad en el Registro de la Propiedad, pasando el inmueble del vendedor al comprador. Antes de realizar la compraventa de un inmueble, es recomendable que el comprador solicite un informe en el Registro de la Propiedad para conocer la identidad del titular registral y verificar si existe algún gravamen o embargo sobre la propiedad.
Sin embargo, cuando se desea vender un inmueble cuyo titular registral ha fallecido, la ley exige que se realice la declaratoria de herederos antes de la venta. Una vez que se identifican los herederos, el inmueble puede ser vendido, pero debe respetarse el orden cronológico de las operaciones realizadas sobre la matrícula, inscribiéndose primero a nombre de los herederos y luego a nombre del comprador. En estos casos, el Tracto Abreviado permite acelerar el proceso de transferencia de propiedad, evitando la inscripción a nombre de los herederos y luego al comprador. Para realizar este trámite, se necesita una copia certificada de la declaratoria de herederos, autorizada por un juez y con las tasas judiciales correspondientes pagadas.
Por ejemplo, si el inmueble X pertenecía a Juan (titular registral fallecido), y Luisa es la única heredera, ella puede vender el inmueble directamente a Pedro utilizando una copia certificada de la declaratoria de herederos autorizada por un juez, sin necesidad de inscribir primero la propiedad a su nombre y luego transferirla a Pedro.